sábado, 23 de marzo de 2013

CAPITULO I. SUICIDIO



El suicidio es considerado como una forma de expresión del sufrimiento, una falsa salida de los problemas, y un escape a la desesperanza. El fenómeno del suicidio ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. Etimológicamente la palabra suicidio procede de: sui “si mismo” y cidium “matar” (Cortes 1997). Otra de las definiciones que podemos encontrar es la que Durkheim (Citado por Buendía J. Riquelme A. y Ruiz J. A 2004) expone, él denomina suicidio a todo caso de muerte, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que puede producir este resultado; es decir, que es un acto consiente e intencional.

También es considerado como un problema multifactorial que sigue un curso más o menos definido. En algunos casos; su objetivo es diferente a la pérdida de la vida como tal, pues la meta puede ser llamar la atención, acabar con el sufrimiento o vengarse de alguna figura de autoridad.

Por lo general se debe a la extrema depresión, exagerada tristeza, que hace que el enfermo no aprecie seriamente los vínculos que tiene con las personas y cosas que le rodean; los placeres carecen de atractivo para él, lo ve todo negro; la vida les parece fastidiosa y dolorida. Como estas disposiciones son constantes, ocurre lo mismo con la idea del suicidio; están dotadas de una gran fijeza y los motivos generales que los determinan son siempre los mismos.

A menudo en esta disposición general vienen a incrustarse alucinaciones e ideas delirantes que conducen directamente al suicidio. Solo que no tienen la movilidad de las que hemos observado en los monomaniacos; por lo contrario, son fijas, como al estado general que las derivan; los temores que torturan al sujeto, los reproches que dirige y los pesares que siente con siempre los mismos.

Si esta forma de suicidio está determinada por razones imaginarias, como la precedente, se diferencia de ella por su carácter crónico, y es muy tenaz. Los enfermos de esta categoría preparan con calma sus medios de ejecución, y despliegan en la persecución del fin propuesto por una perseverancia y una astucia, a veces increíbles. En el primero hay más que explosiones pasajeras, sin causas durables, mientras que en el otro existe un estado constante, ligado al carácter general del sujeto.
Unas mil personas se suicidan diariamente, y por lo menos 5000 más intentan hacerlo. El suicidio es considerado en casi todas partes como una de las más frecuentes causas de muerte, aun cuando las estadísticas oficiales sean a menudo inexactas y confusas. El suicidio es la única conducta destructiva en que agresor y víctima se identifican. Como agresores, casi todos están enfermos de la mente (por lo tanto no son responsables o culpables) como victimas necesitan ser defendidos contra sí mismos.



     A.                Definición del suicidio

El suicidio se conoce como el acto de quitarse la propia vida muchos conocen este concepto pero pocos sabe a fondo lo que es y significa este problema.

La palabra suicidio proviene del latín sui caedere: sui, que significa a sí mismo, y caedere, que significa matar, es decir, matarse a sí mismo. Se menciona que esta palabra la utilizo por primera vez el abate. Desfontaines en 1737 pero es a lo largo de la historia de la humanidad que el suicidio ha sido estudiado de diversas áreas como la filosofía, la social, la médica  y la psicología.[1]

     B.        Surgimiento del suicidio

Desde generaciones anteriores a las nuestras se ha practicado el llamado “suicidio“, sin embargo, con anterioridad no se le consideraba como la acción de quitarse la vida, es por esto que no tiene fecha indicada de su origen.

Los galios consideraron razonable el suicidio por vejez, muerte del cónyuge o del jefe o por enfermedad grave o dolorosa. De igual forma para los celtas, hispanos, vikingos y nórdicos, la vejez y la enfermedad eran causas razonables para comértelo. En los pueblos germánicos el suicidio buscaba evitar la muerte vergonzosa, por lo cual era loable y bien visto. En china (1800 a.C) se llevaba a cabo por lealtad; en Japón se trataba de un acto ceremonial por expiación o por derrota; y en India por motivos litúrgicos o religiosos así como por la muerte del cónyuge (este último considerado hoy en día como delito criminal)[2]

Poco después se decía que quien se suicida de desesperación está inspirado por el diablo.




La actitud de los hombres ante la muerte no ha sido la misma a través de los tiempos; cuando un hombre de hoy habla de su muerte, piensa que si le fuera dado escogería una muerte súbita, sin dolor, como un leve sueño. Los suicidios son muy comunes en la comunidad joven. Pensamos  que no debería utilizarse el suicidio como una salida fácil, aunque como ya sabemos, se desconoce de este tema lo que parece algo impresionante ya que desde la antigüedad se practicaba, aun así muchas personas no lo toman en cuenta hasta que les llegue a pasar. El hombre del medioevo se sentiría aterrado de ello, porque como lo expresa el padre de Hamlet, en la famosa obra de Shakespeare, moriría «en la flor del pecado»; por eso el hombre de la Edad Media prefería un tiempo de arrepentimiento y de balance de sus deudas con Dios y con los hombres, incluso en las oraciones medievales se rezaba «líbranos Señor de la muerte repentina».

El suicidio comenzó a ser considerado pecado en el siglo IV con San Agustín, porque viola el sexto mandamiento, usurpa la función del Estado y de la Iglesia y evita el sufrimiento que ha sido ordenado por Dios.

En la Edad Media y hasta bien entrada nuestra Edad Moderna en Europa occidental las Iglesias cristianas sacralizaron la muerte, la domesticaron, integrándola en un sistema de ritos y creencias que la convertían en una etapa más del destino final de cada ser humano. La Iglesia Católica rechazaba al suicida y se le negaba la sepultura en el Campo Santo.

En la Edad Media en Europa degradaban el cadáver arrastrándolo por las calles cabeza abajo con una estaca atravesando el corazón y una piedra en la cabeza para inmovilizar el cuerpo y que el espíritu no regresara a dañar a los vivos: el alma del suicida era condenada al infierno por toda la eternidad.

Cabe señalar que la situación actual del suicidio es poco alentadora y nos da a conocer la gravedad del asunto y que aun la sociedad no está preparada y ni es capaz de mostrar algo de interés para que las cifras de suicidio disminuyan.

    C.        Situación actual
El suicidio es uno de los temas que es tratado con poca frecuencia y del que poco se ha hablado, esta es una de las causas de que hoy en día las cifras de los suicidios vallan en aumento y sean grandes.

Suele pensarse que varias de las cosas o hechos con el tiempo se solucionan, sin embargo, este no es el caso del suicidio ya que nuestro país ha llegado hasta la situación en la que nos encontramos con cifras y datos relevantes y alarmantes.

Cada segundo, un ser humano trata de suicidarse en algún país del mundo. Y cada 40 segundos, un suicida cumple su propósito.



El suicidio es la cuarta causa de muerte en México en adultos. La tasa anual de suicidios consumados es del 5.7 por ciento y de no tomarse medidas preventivas, para el año 2020 las cifras aumentaran en este sector de la población.

Pese a las discrepancias y deficiencias de las diversas fuentes de información, al igual que el sub registro de las estadísticas oficiales, se ha identificado al grupo poblacional de 15 a 24 años residentes de zonas urbanas como el de mayor riesgo sucedido llegando a ser en este sector la segunda causa de muerte por suicidio, superando a homicidios. Este es tan solo un breve panorama general de la situación actual del suicidio.

Sin embargo las cifras oficiales con las que contamos en México sobre intentos de suicidio y suicidios son generadas de manera continua por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) cuyos datos se recogen de las 32 entidades federativas.[3]

Al interpretar las tasas de mortalidad por suicidio, es necesario tener en cuenta las limitaciones presentes en todos los registros regulares de información: incoherencia en la lógica del llenado de registros, falta de datos y, principalmente, de precisión en las causas principales y secundarias de mortalidad.[4]

Actualmente existen diferentes modalidades y escenarios para el tratamiento de los pacientes suicidógenos, desde la psicoterapia de corte psicoanalítico hasta los tratamientos eminentemente conductuales, enfocados hacia las conductas autodestructivas.[5]

Parece claro que estas cifras irán en aumento de tal manera hasta llegar a provocar una alarmante situación en México y sólo por esta razón se comience a tomar conciencia y a tratar de encontrar soluciones.

El desconocimiento actual acerca del tema es solo el principio de  una posible epidemia que se podría desatar en un futuro cercano en México de la cual nos arrepentiremos por no habernos informado.

En este capítulo concluimos que muchas personas consideran que el suicidio es una forma de expresar su sufrimiento, una falsa salida a sus problemas y un escape a la desesperanza.

Pero en muchos de los casos la única meta es la de llamar  la atención, acabar con su sufrimiento o vengarse de alguien, y en algunos otros casos por imitación.

Por lo general las causas pueden ser la extrema depresión, exagerada tristeza, los placeres carecen para el de atractivo, lo ve todo negro; la vida les parece fastidiosa y dolorosa.

Hay personas que sufren un trastorno monomaniaco; esta forma de suicidio se determina por razones imaginarias, esta persona se diferencia por tener un carácter crónico y tenaz.

En el mundo aproximadamente mil personas se suicidan diaria mente, y por lo menos 5,000 más intentan acabar con su vida





[1]Tejada Águila, Alejandro. Suicidio la última decisión.p.17
[2] Idem
[4]Ãlvarez G, Harlow SD, Denman C, Hofmeister MJ. Quality of cause-of-death statements and its impact on infant mortality statistics in Hermosillo, Mexico. Rev Panam Salud Publica 2009;25:120-127.
[5] Mann JJ, Apter A, Bertolote J, Beautrais A, Currier D, Haas A et al. Suicide prevention strategies: a systematic review. JAMA 2005;294:2064-2074.




No hay comentarios:

Publicar un comentario